-Modificar el sistema de elección de autoridades.
-Establecer controles externos.
-Dar transparencia en lo institucional.
-Cambiar el sistema de torneos posibilitando la federalización.
-Sistema solidario de distribución de ingresos.
-Recursos para la formación de futbolistas jóvenes.
-Brindar seguridad jurídica sobre el patrimonio de los clubes por medio de un registro de jugadores federados.
-Obra social para jugadores retirados de la actividad y sus familias.
Los puntos enumerados anteriormente son los principales de este proyecto de ley presentado por el diputado tucumano del FPV Sr. Vargas Añase en la Cámara de Diputados de la Nación hace algo más de un mes. El proyecto, avalado por varios dirigentes del fútbol y allegados a medios de comunicación entre otros, intenta poner cierto orden y transparencia en el accionar de la Asociación del Fútbol Argentino que desde el año 1979 se maneja de una manera totalmente independiente, hasta con impunidad, del contexto de leyes nacionales. Esto alcanza a sus principales miembros (clubes grandes y con peso y a sus respectivos dirigentes).
Si bien he manifestado en muchas ocasiones que la llegada del Sr. Grondona, de gran labor dirigencial en Independiente de Avellaneda en aquella época, le trajo renovación y frescura a una AFA que estaba dominada por los interventores de gobiernos de turno, que no trabajaba bien en selecciones nacionales y que estaba al borde de la quiebra, digo hoy, también, que demasiado tiempo al frente de tamaña institución, las personas se "achanchan" y terminan manteniendo un status quo perimido para los tiempos actuales.
Vimos durante este período el crecimiento desmedido de poder e impunidad de varios miembros de la casa mayor del fútbol, malos manejos de clubes gigantes de nuestro país y dádivas que salvaron a muchos dirigentes de terminar presos por mala administración. Pero nada es gratis. Todo se cambia por votos al momento de la reelección. Y, así, "todo pasa" (frase de cabecera de Don Julio).
Los contratos televisivos que se firmaron en los 90 hizo que los único beneficiados fueran los firmantes y el resto a esperar a ver que pasaba. Así, ese fútbol del fin de semana pasó a ser de todos los días convenientes
y los dineros percibidos en concepto de TV fueron a las arcas de AFA para tapar los agujeros de malos manejos y no a los clubes (dueños del espectáculo) equitativamente.
Después apareció la "organización europea", dejando el marzo-diciembre para pasar al julio-junio y doble apertura de libro de pases. y se armó el gran desorden organizativo que, sumado a la escalada de violencia, no permiten que se jueguen partidos en una determinada zona un mismo día porque no alcanzan los "inefectivos policiales" para brindar seguridad.
A todo ésto, el interior reclamaba su espacio ya que los viejos nacionales quedaban en el olvido, y apareció el torneo más federal de todos: la Primera B Nacional. Hubo que pelearla y mucho ya que los del interior comenzaron a borrar a los directamente afiliados.
Como si eso fuera poco se impuso el descenso por promedios con la cual un "grande" nunca llegaría a la B y el ascendido tendría que hacer malabares para permanecer en el círculo privilegiado.
Torneos del interior organizados de cualquier manera para darles actividad; torneos de ascenso que van perdiendo la esencia del sábado; fixtures arreglados según conveniencias de TV y de los principales clubes; sumados a una administración muy poco clara y a transferencias millonarias de las que nadie sabe el destino del dinero. La proliferación de "representantes" que se llevaban a chicos menores a otras tierras (aca sí servían las leyes nacionales -patria potestad, por ejemplo- para sacarlos de las instituciones) hizo que se desvirtuara el mercado y aparecieran arreglos con dirigentes para "salvar las arcas" (de quién o de quiénes).
Se podrían enumerar miles de puntos que demuestran que el fútbol argentino quedó "rengo" y el negocio superó definitivamente al juego y al deporte, pero nos quedamos con estas porque son las principales a solucionar.
Por supuesto, este proyecto de ley nada le gustó al Señor Grondona ni a sus principales seguidores. Solo algunos dirigentes dijeron estar de acuerdo, pero off de record, nunca en público ni en reuniones del Comité Ejecutivo de la casa del fútbol.
Es cierto que hay una mala distribución de ingresos millonarios del fútbol; también que hay que hacer más federal el tema. Pero, principalmente, hay que blanquear las transferencias, la elección de autoridades y darle más participación a todas las instituciones del país miembros de la AFA en todas sus formas.
Si Don Julio dice que él apoya mucho al ascenso y al interior; si su vocero Cherquis comenta que todo es tan transparente como ventana sin vidrio; si realmente los del interior apoyan esta gestión, ¿Por qué protestan tanto por lo bajo y no lo hacen público?. ¿Por qué se resisten a elecciones generales de todos sus miembros y mantienen solo a un grupo de "representantes" que votan?. Realmente no queda claro ni es tan transparente como dicen.
La nueva ley, es cierto, se desea promulgar para darle luz a muchas cuestiones que están en la oscuridad. También es cierto que muchos intereses hay puestos en la misma como sacarlos del medio a los Grondona, meter gente que comulga y comparte ciertas ideas políticas y manejar a discreción los ingresos. Pero debemos convenir que con esta ley, o con otros proyectos, al fútbol argentino a que lavarle la cara de una buena vez y organizarlo como debe ser. En caso contrario el mismo seguirá perdiendo en el contexto internacional el prestigio que otrora supo ganarse.
No le clavemos un puñal al herido; tratemos de curarlo.
